La Avenida Cuauhtémoc, es la principal de Ometepec, la ciudad donde este escribiente vive y habita, es en esta calle donde se concentra el mayor flujo de gente, automóviles, comercio y banquetas invadidas, y es aquí también donde la modernidad del neoliberalismo tímidamente inicia a sentar sus reales, primero una tienda de esas donde esclavizan a los incautos con aparatejos que pagan en abonos minúsculos, pero que se lo enjaretan al triple de su precio normal, cual vil tienda de raya, de la actualidad.
Posteriormente una tienda del “sr. telefonía”, donde venden chucherías que te cobran mes a mes en el recibo telefónico y hace unos meses inauguraron una lujosa tienda de ropa, cuyo lujo contrasta con la calidad de sus prendas.
Pero lo que realmente nos hace cosmopolitas al 100%, es la gran cantidad de piratería de música y películas que venden en cientos de puestos, y aunque policía federal encargada de vigilar esto haga algunos simulacros de decomisos de esta mercancía, apenas doblan la esquina sus patrullas y estos vuelven a salir a la venta.
Hace unos días tome una fotografía, de un disco pirata, que estaba entre otras mercancías, llamó mi atención el título: “LA MATAVIEJITAS, ASESINA SERIAL”, sólo tomé la foto al paso y no la analicé hasta hoy, que trato de imaginar el contenido de ese disco, parece ser una recreación, pues se ve una actriz vestida de enfermera, o sólo una colección de reportajes sensacionalistas; el motivo: alimentar el morbo de los consumidores. Yo no gastaría un peso para comprar eso, ni en los abonos chiquitos…
